Nearshoring en México, de cara al nuevo gobierno en 2024

Como parte del nearshoring en México, es posible que en 2024 las inversiones entusiastas, provenientes del extranjero, tengan una pausa para comprender el funcionamiento, las reglas y las perspectivas de la nueva administración.

Así lo aseguró Roberto Durán-Fernández, doctor en Desarrollo Regional e Infraestructura y profesor en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, quien agregó que “una nueva gobernanza de la innovación, que brinde seguridad en los derechos de propiedad intelectual a los Estados Unidos y a la vez permita la transferencia ordenada de tecnología a nuestro país, podría representar esa oportunidad histórica que México ha buscado en los últimos años y aspirar a convertirse en algo más que un centro maquilador. Así, podríamos concretar el sueño de convertirnos en un país más próspero y más justo”.

El académico mencionó que el Consejo de Empresas Globales informó que se espera que el nearshoring genere oportunidades de trabajo y crecimiento económico en México, ya que se podrían crear entre dos y cuatro millones de empleos adicionales en el territorio nacional para el 2030. La inversión extranjera directa (IED) podría llegar hasta 50 000 millones de dólares anualmente, una cifra histórica, y al mismo tiempo, aumentar el PIB entre 1.5 % y 2.5 % a largo plazo.

Explicó que “el nuevo gobierno deberá asegurar que México ofrezca algunos habilitadores clave que van más allá de las deducciones tributarias, que si bien son consideradas un reflejo del interés y la buena disposición de los gobiernos para propiciar la atracción de compañías bajo este modelo, no son todo lo que se necesita. Se debe considerar:

1. Infraestructura, entendiéndose como aquellos recursos básicos que las compañías requerirán para su funcionamiento. Desde agua y energía eléctrica, hasta vías de transporte y logística.
2. Capital humano calificado y capaz de cubrir las oportunidades laborales generadas por la llegada de nuevas industrias. Es por esto que el último decreto planea beneficiar a aquellas empresas que inviertan en la constante capacitación de sus empleados, no solo en materia de habilidades técnicas, sino también en lo referente a las soft skills como liderazgo, resiliencia y adaptabilidad, que durante la pandemia demostraron gran relevancia dentro del mundo empresarial.
3. Garantía de un estado de derecho, seguridad y disminución en los niveles de corrupción. Según el índice de Estado de Derecho del World Justice Project, en el apartado de Ausencia de Corrupción, México ocupa el lugar 134, un nivel alto para la percepción general. Trabajar en promoverlo como un país seguro para la inversión, con procesos regulatorios transparentes, claros y libres de corrupción que permitan planeaciones estratégicas, es fundamental.
4. Servicios de soporte, los cuales satisfacen aquellas necesidades no relacionadas directamente con la actividad productiva de una empresa, pero sí con las de su fuerza laboral. Un claro ejemplo son los servicios de salud, educación e infraestructura, que elevan el atractivo de una ciudad y permiten atraer al personal necesario para el crecimiento de la industria.

Según el especialista, de acuerdo al Índice Global de Innovación, México ha ido escalando lugares en este punto desde el 2011, cuando tenía el puesto 71, pero hasta el 2022 apenas y logró alcanzar la posición 58 debido a los retos en educación, desarrollo y alianzas entre ciencia e industria, y a que todas las tecnologías fortalecidas pasen de la academia a la acción. Fortalecer las carreras STEM es un paso necesario.

Finalmente, dijo que “es importante no dejar de lado a los inversionistas nacionales y trabajar por recuperar su confianza, la cual también se verá impactada positivamente en tanto el nuevo gobierno atienda los principales desafíos existentes en el país”.