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¿Cómo lograr un futuro sostenible del autotransporte de carga?

Ernesto del Blanco, director general de ELAM-FAW

Según estimaciones recientes de la Cámara Nacional de Autotransporte de Carga (CANACAR), se prevé un crecimiento del 20 % del autotransporte de carga entre 2024 y 2026, gracias al fenómeno del nearshoring. El papel de este modo de transporte se ha vuelto fundamental tanto para la economía del país como para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

La CANACAR también ha señalado que se espera que el comercio transfronterizo por carretera entre México y Estados Unidos crezca 6 % anual hasta 2027, impulsado por el aumento de empresas que eligen a México como destino para sus operaciones. Sin embargo, este incremento también viene acompañado de importantes desafíos en términos de sostenibilidad, un área que demanda atención urgente en la cadena de suministro.

En este contexto, el crecimiento del comercio transfronterizo es una gran oportunidad, pero también plantea el reto de modernizar nuestra flota vehicular. No podemos hablar de una cadena de suministro eficiente sin considerar el impacto ambiental que ésta genera.

Si bien el Sexto Informe de Gobierno del ex presidente Andrés Manuel López Obrador reveló que el autotransporte había mantenido 15 trimestres consecutivos de crecimiento, con una contribución de 9.9 % del PIB nacional hasta junio de 2024, dicho dinamismo contrasta con una renovación de la flota de camiones que sigue siendo insuficiente.

Actualmente, el parque vehicular del autotransporte público federal para carga ha crecido sólo 2.4 % desde 2023, alcanzando más de un millón de unidades, muchas de las cuales aún no cumplen con los estándares internacionales de eficiencia y sostenibilidad.

¿Futuro sostenible?

La sostenibilidad en la cadena de suministro es un factor económico determinante que requiere incorporar tecnologías limpias y prácticas más eficientes, como la planificación de rutas que reduzcan el kilometraje y el uso de energías alternativas en pro de reducir costos operativos y mejorar la reputación de las empresas que operan en el sector.

Por su parte, el informe del Banco Mundial, Hoja de Ruta para la Acción Climática en América Latina y el Caribe 2021-2025, señala que las emisiones relacionadas con la combustión de combustibles fósiles representan 43 % de las que se emiten en la región, con el transporte como una de las principales fuentes de estas emisiones (15 %). La transición hacia camiones a gas natural y, eventualmente, vehículos eléctricos es una solución viable y realista para avanzar en el cumplimiento de los ODS, especialmente en el ámbito del transporte de mercancías.

La sostenibilidad es mucho más que una tendencia, es una necesidad urgente que todos los actores debemos abordar y asumir. Como sector, necesitamos avanzar más rápido hacia soluciones que permitan reducir el impacto ambiental sin sacrificar la eficiencia operativa.

Abriendo camino para un transporte sustentable

El uso de camiones a gas natural es sólo el comienzo. Las empresas líderes en el sector están explorando el potencial de la electrificación como combustibles del futuro. Estas alternativas reducen las emisiones de gases de efecto invernadero y, por si fuera poco, ofrecen estabilidad en los costos de operación, al estar menos expuestas a las fluctuaciones del precio del petróleo.

Además, la optimización de rutas, la implementación de flotas más eficientes y la adopción de tecnologías avanzadas de gestión vehicular pueden contribuir significativamente a la reducción de la huella de carbono.

Sin duda alguna, el costo del Gas Natural Vehicular (GNV) es un gran diferenciador e incentivo para adquirir los vehículos nacidos a gas. De acuerdo con un análisis realizado por ELAM-FAW, basado en datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el costo promedio del diésel en 2023 fue de 23.50 pesos por litro, mientras que el del GNV fue de tan sólo 11.80. pesos.

En 2024, según precios hasta septiembre, el costo promedio del diésel fue de 24.46 pesos, y el del gas natural fue de 12.80 pesos, es decir, el diésel resulta 191 % más caro que el GNV.

Otras de las ventajas es que el uso de gas puede reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) hasta en un 25 %, así como disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas, según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA).

Por su parte, la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) sostiene que, comparado con la gasolina, el gas natural emite:

  • 30 % menos CO₂,
  • 65 % menos monóxido de carbono (CO) y
  • 90 % menos NOx.

Así, el futuro del transporte de carga en México y en el mundo está inevitablemente vinculado a la sostenibilidad. Esta industria irá adquiriendo un papel cada vez más relevante en la transformación hacia una cadena de suministro sostenible.

El futuro de la supply chain en México depende de nuestra capacidad para adaptarnos a las demandas del mercado y, al mismo tiempo, contribuir al bienestar de nuestro planeta, y para ello quienes formamos parte de este sector debemos encontrar el perfecto balance entre el desarrollo económico y un futuro sostenible.

Colaboración para LogistiXnews por
Ernesto del Blanco, director general de ELAM-FAW.

 

“Economía circular para un transporte sustentable”: Chep

 

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