Energías limpias, clave para la electromovilidad
Por cada vehículo fabricado en México se generan 160 kg de dióxido de carbono equivalente (CO₂e), pero si se suman las emisiones de la manufactura de las partes, la cifra aumenta entre 600 kg y 800 Kg de CO₂e por auto.
La industria automotriz en México tiene un gran impacto económico y ecológico, por ende, el éxito de la electromovilidad radica en promover la generación de energía limpia tanto en la producción como en la utilización de los vehículos eléctricos. Por cada unidad fabricada en el país se generan 160 kilogramos de dióxido de carbono equivalente (CO₂e), sin embargo, si se suman las emisiones correspondientes a la manufactura de las partes, la cifra aumenta entre 600 kg y 800 Kg de CO₂e por auto.
Así lo explicó Javier Izquierdo Reyes, profesor, investigador del Departamento de Mecatrónica y del grupo de Innovación en Tecnologías Digitales Inteligentes, durante el evento Electromovilidad: un pilar en el desarrollo económico y clave para la agenda ambiental de México, organizado por el Tecnológico de Monterrey.
El docente destacó que solo el 25 % de la producción total de vehículos se genera a partir de energías limpias, por lo tanto, subrayó que es crucial que como país se puedan implementar acciones que aumenten este porcentaje, incluyendo la producción de coches eléctricos, así como facilitar las condiciones para su uso.
El especialista consideró que como parte de las estrategias para alcanzar la electromovilidad, se debe incrementar y unificar la infraestructura y tecnologías de carga para motivar el mercado, además de regular el cobro en la energía eléctrica para uso de vehículos e impulsar el talento humano especializado.
Lo anterior “traería como beneficios económicos, la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y el desarrollo de nuevas cadenas de valor en la industria automotriz, que se podrían aprovechar en el marco del nearshoring e incrementar la seguridad y la resiliencia energética”.
Finalmente, Javier Izquierdo agregó que la academia tiene un rol fundamental para impulsar la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías que le permitan a México no solo formar parte de la cadena de producción, sino ser un creador de tecnología.