
Nearshoring 2026: reajuste en medio de incertidumbre comercial
Tensiones arancelarias, revisión del T-MEC y retos internos redefinen las proyecciones de inversión en México.
En 2025, el panorama del nearshoring en México presenta nuevas variables que lo definirán en el 2026. El aumento de inversiones y relocalización de cadenas productivas registrado entre 2022 y 2023 enfrenta ahora tensiones comerciales con Estados Unidos, amenazas arancelarias y la revisión prevista del T-MEC en 2026. Estos elementos han llevado a empresas e inversionistas a revisar estrategias y a medir el alcance del fenómeno en los próximos años.
Durante el auge de 2022 y 2023, México se posicionó como el principal socio comercial de Estados Unidos, por encima de China. En ese periodo se instalaron nuevas plantas manufactureras destinadas a los sectores automotriz, electrónico y de autopartes. El comportamiento de las exportaciones reforzó esta tendencia: según cifras del INEGI y BBVA Research, en 2023 se exportaron bienes por alrededor de 593,000 millones de dólares.
El Banco de México informó que, hasta julio de 2024, 12.9% de las empresas con más de 100 trabajadores reportaron beneficios directos derivados del nearshoring. La mayor parte de los efectos se concentró en regiones fronterizas y en corporaciones ya integradas a cadenas globales. Paralelamente, China mantuvo cerca de un tercio del valor manufacturero mundial y una presencia dominante en sectores como electrónica, paneles solares y componentes industriales, lo que acotó la posibilidad de un traslado masivo de producción hacia México.
Diversos análisis señalaron que el dinamismo observado comenzó a dar paso a una etapa de ajustes. Factores como infraestructura limitada, costos energéticos, inseguridad y modificaciones regulatorias en Estados Unidos influyeron en las proyecciones de inversión.
Ventajas y límites del modelo mexicano
Entre los elementos que han favorecido la relocalización hacia México se encuentran la proximidad con el mercado estadounidense, los tiempos de envío, los salarios competitivos y el acceso preferencial al mercado norteamericano a través del T-MEC.
No obstante, especialistas han identificado obstáculos estructurales que influyen en la consolidación del fenómeno:
- Infraestructura y logística insuficientes en carreteras, puertos y aduanas.
- Concentración de inversión en polos industriales del norte del país.
- Dependencia de insumos provenientes de Asia, especialmente de China.
- Incertidumbre en torno a la revisión del T-MEC y posibles ajustes arancelarios por parte de Estados Unidos.
De acuerdo con Fitch Ratings, el desempeño del nearshoring depende de avances en competitividad e institucionalidad.
Perspectiva de organismos y analistas
Alejandro Werner, exdirector del FMI para el Hemisferio Occidental, ha indicado que el nearshoring puede aportar al crecimiento del PIB en el mediano plazo si se fortalecen la certeza jurídica, la infraestructura y el capital humano.
La CEPAL y el Banco Mundial han señalado que México cuenta con una oportunidad para modernizar su industria; sin embargo, subrayan que el contenido tecnológico de la producción sigue siendo limitado y condiciona el valor agregado.
Desde S&P Global, Elijah Oliveros-Rosen, economista en jefe para Mercados Emergentes, apuntó que el reshoring en Estados Unidos compite directamente con los flujos de inversión hacia México y que la incertidumbre arancelaria ha influido en la pausa de algunos proyectos relacionados con la relocalización.
Riesgos que marcan el escenario de 2025
Essentia Advisory (ESSAD), firma especializada en desarrollo de nuevos negocios y gestión del talento humano, identifica tres desafíos inmediatos para el nearshoring:
- Amenazas arancelarias: Estados Unidos ha considerado ajustes comerciales que impactarían a los sectores automotriz y electrónico.
- Revisión del T-MEC: Prevista para 2026, podría modificar reglas de origen y estándares laborales.
- Factores internos: inseguridad, disponibilidad limitada de energía eléctrica en zonas industriales y procesos burocráticos que afectan la operación de empresas.
Jesús Moscoso, abogado y CEO de ESSAD, señala que la evolución del nearshoring dependerá de la capacidad de mitigar riesgos internos y anticipar cambios regulatorios en Estados Unidos.
De la expansión al ajuste
El nearshoring incrementó la integración de México a las cadenas de suministro de Norteamérica y contribuyó a que las exportaciones alcanzaran niveles históricos. Sin embargo, el país no ha desarrollado un ecosistema industrial con capacidad plena para sostener un crecimiento continuo ni ha resuelto factores estructurales que influirán en el comportamiento de la inversión.
En 2025, las empresas continúan operando bajo un enfoque de evaluación continua. La relocalización sigue presente en los planes de diversos sectores, aunque ya no se asume como una garantía de rentabilidad ante la persistencia de incertidumbre legal, retos logísticos y cambios en el entorno político y comercial.
Fernando Rojas, socio CEO de ESSAD, indica que la posibilidad de convertir el nearshoring en una ventaja de largo plazo depende de la adaptación a las condiciones cambiantes del entorno económico y regulatorio.
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