¿Cómo hacer resilientes a las cadenas de suministro del futuro?
José Luis Reyes, consultor senior para la industria del Retail & CPG, SAS Latinoamérica.
La mayoría de las industrias están dedicando recursos y esfuerzos a la optimización de las cadenas de suministro, en especial después de las disrupciones que estas han sufrido desde 2020 a la fecha. De hecho, es un tema recurrente entre fabricantes, proveedores, minoristas, e incluso entre consumidores.
Es evidente hoy la escasez de ciertos productos en los anaqueles, el aumento de los precios, los cambios de hábitos de compra, la falta de abasto de materiales para la producción, e incluso la escasez de mano de obra.
Por lo mismo se percibe un sentimiento de urgencia tal que las empresas ya han comenzado a identificar ineficiencias e insuficiencias, tratando de anticipar lo que viene y definir los pasos para buscar soluciones.
Los retos que enfrentan las cadenas de suministro de todo el planeta no son menores. Han quedado en evidencia vulnerabilidades importantes, pero, al mismo tiempo, se observa un avance veloz de la digitalización, así como un mayor acceso e intercambio de información. Entre los principales desafíos destacan:
- Los hábitos de consumo tienen variaciones, algunas al alza y otras a la baja, a partir de lo que las personas determinaron como prioritario durante y después de la pandemia.
- Los eventos políticos y económicos que repercutan directamente en la cadena de suministro. Desde el conflicto entre Rusia y Ucrania, hasta la recesión e inflación en varios países.
- Asegurar la disponibilidad de productos sin afectar los indicadores. Particularmente, el reabasto ha cobrado relevancia, y hoy es crítico garantizar sea lo más ágil posible.
- La adopción de plataformas digitales para acelerar la expansión del comercio electrónico y estar abiertos a nuevos modelos comerciales como la venta directa al consumidor y la entrega en tienda.
- Optimizar inventarios a fin de satisfacer la demanda, reconocer los cambios, y planear para el corto y mediano plazos.
- Consolidar los múltiples canales para brindar una verdadera omnicanalidad a los clientes, donde se reconozca como individuos, se consideren sus hábitos y preferencias, y se les ofrezca una experiencia altamente personalizable.
Una sinergia fundamental
La acelerada transformación digital alcanza a las cadenas de suministro, las cuales han estado integrando tecnología e innovaciones que prometen hacerlas más eficientes, automatizadas y prepararlas para las potenciales disrupciones del entorno mundial.
La digitalización, por tanto, abre la puerta a la integración de herramientas como la analítica avanzada, el machine learning y la inteligencia artificial (IA), entre otras, que permiten analizar a fondo de los datos, desarrollar modelos customizados y crear escenarios what-if que serán críticos para la planeación actual y futura.
De hecho, la automatización está apoyando fuertemente en la toma de decisiones. Los especialistas en la gestión de cadenas de suministro coinciden en que, si bien la automatización y la inteligencia son esenciales, es importante que su gestión sea altamente intuitiva y fácil de usar.
Siempre teniendo en mente que serán los profesionales en las áreas de ventas, planeación y logística, entre otros, quienes las utilizarán y que no necesariamente tienen una formación técnica. De hecho, consideran, es crítica la capacitación alrededor del uso de estas herramientas, pues serán estos quienes se encargarán de definir los parámetros, recolectar los datos, hacer que ‘hablen’ distintos sistemas, al tiempo de hacer las predicciones y planeación de acuerdo con las condiciones dadas.
Por otro lado, si bien la toma de decisiones se vuelve altamente automatizada, los encargados no están exentos de participar en ellas y, por tanto deberán asumir la responsabilidad que les corresponde. Es común que quieran deslindarse de una resolución tomada por un sistema, argumentando que siguieron “las órdenes” de este.
A lo anterior está ligado el tema de la gestión del cambio (change management), un elemento esencial para la transformación digital. Se trata, pues, de vencer la resistencia de la gente al cambio, y hacerles saber de que la automatización y la inteligencia de los sistemas que utilizan no significa que serán reemplazados por ellos.
Marcando el rumbo
Los cambios observados en los patrones de consumo de los dos últimos años tienen gran influencia en la dirección que están tomando las cadenas de suministro hoy.
A diferencia de hace unos años, hacer los pronósticos para el próximo año es muy distinto a como se hacía tradicionalmente: no bastan los datos históricos de periodos previos. La planeación actual requiere hacerse en márgenes de tiempo más cortos y considerando nuevas variables para predecir de manera más precisa.
Los expertos coinciden en que las cosas no serán iguales en el futuro. El comportamiento de los clientes y sus patrones de consumo van a seguir evolucionando junto con el entorno social, político, económico y sanitario. La adopción del trabajo híbrido, la extensión de la educación a distancia, el impulso del comercio electrónico, y los esquemas phygital, que combinan el mundo físico y digital, le está dando forma a una nueva realidad.
Y con base en ella que las empresas deben planear en tiempo real, ya no en márgenes de meses, como lo hacían en el pasado. Y esto incluye también una coordinación y comunicación más estrecha con proveedores y socios de negocio para hacerse de los insumos necesarios para producir, y responder a cualquier alteración en el flujo de los mismos.
Visibilidad y resiliencia
La pandemia reafirmó la importancia estratégica de las cadenas de suministro, por lo que las organizaciones requieren reorganizarlas y adaptarlas a la era digital, y hacerlas resilientes para que se adecuen a las cambiantes condiciones de sus industrias.
Hay que tener presente que en 2023 y en los siguientes años, las cadenas de suministro deberán ser ágiles, eficientes, resistentes y conectadas para mejorar la visibilidad que se tenga de ellas. De igual forma, es fundamental considerar en la ecuación al factor humano para capacitarlos en el uso efectivo de la analítica, la inteligencia artificial y la automatización, y seguir aportando sus conocimientos e ideas.
A lo anterior se suma el hecho de reconocer la gran relevancia que tienen los clientes mediante cadenas de suministro sostenibles, ágiles y que les ofrezcan lo que realmente requieren, en el momento preciso y brindar opciones reales en el momento de que surjan disrupciones de gran alcance. La cadena de suministro del futuro debe estar preparada para afrontar cualquier crisis y convertirla en una oportunidad.
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