El nearshoring ha cobrado relevancia en los últimos años como una propuesta para que las cadenas de suministro y producción sean más resilientes a nivel global.
Estimar el impacto de la reubicación de cadenas productivas a través de variables económicas es difícil, ya que esta tendencia puede confundirse con otros fenómenos como la recuperación económica o las condiciones de la demanda global.
Los esfuerzos por medir los cambios en la inversión motivada por la relocalización enfrentan el reto de diferenciar los efectos de esta tendencia de otros aspectos como la recuperación de la actividad económica, el restablecimiento de las operaciones de las cadenas globales de valor tras el impacto negativo de la pandemia, las condiciones de la demanda global, así como los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED), derivados únicamente del crecimiento orgánico del comercio. Una alternativa para aproximarse a dicha medición es analizar los datos de las entradas de la IED.
El interés por invertir en México ha ido en aumento desde 2021, lo que se ha traducido en un incremento en el número de notificaciones de proyectos de inversión. De acuerdo con estudios recientes[1], en los últimos tres años se han notificado más de 100 nuevos programas, correspondientes a aproximadamente 33 millones de dólares.
La transferencia de inversión a países geográficamente más cercanos a los mercados finales de destino es un elemento importante de la relocalización, lo que hace de México un destino atractivo dada su proximidad a Estados Unidos.
En ese sentido, tomar en cuenta los países de salida de la IED durante el periodo de interés e identificar aquellos con mayor crecimiento reciente, también ayuda a contextualizar los cambios en la IED producidos por la reubicación.
Si bien Estados Unidos sigue siendo el principal inversionista en México, la participación de otros países como Japón, Chile y Hong Kong ha crecido más rápido en los últimos años que la de la nación estadunidense.
Los recursos provenientes de inversionistas estadunidenses se mantienen como la principal fuente de la inversión extranjera directa a nivel nacional, representando el 41 % del total en los primeros meses de 2024.
Un camino que labrar apuntalado por el sector ferretero
El nearshoring es una oportunidad para atraer IED hacia aquellas áreas económicas vinculadas a las cadenas globales de valor como la industria ferretera. En ese sentido, el país y este sector deben aprovechar esta tendencia para impulsar su crecimiento, empezando por una mayor integración con Estados Unidos y Canadá, en el marco de la implementación del T-MEC.
Para crear las condiciones adecuadas para atraer inversión y aprovechar las oportunidades que ofrece la externalización, sugerimos:
- Inversión pública en infraestructura para cerrar brechas regionales: Es necesario identificar las necesidades estructurales de cada estado. Entre éstas se encuentran las pendientes de mantenimiento, modernización y expansión de las redes e infraestructura necesarias para abastecer de insumos básicos como agua y electricidad.
- Adopción de tecnologías para modernizar la industria ferretera. México debe adaptarse a una manufactura avanzada y automatizada, lo que requiere la incorporación de nuevas herramientas digitales, para transformar los sistemas productivos nacionales con base en la innovación y el desarrollo tecnológico.
- Garantizar el Estado de derecho. La aplicación de la ley y un sistema judicial que pueda brindar certidumbre también son aspectos decisivos para los inversionistas tanto nacionales como internacionales, ya que apoyan su operación y reducen costos.
[1] Deloitte, Nearshoring in Mexico. A path to consolidate.
Colaboración para LogistiXnews por
Javier García, director de Expo Nacional Ferretera.
“México con el potencial de duplicar su IED de cara al nearshoring”