En 1886 se creó el primer automóvil, el Benz Patent-Motorwagen, un vehículo con ruedas de madera, chasis ligero y una velocidad máxima cercana a los 16km/h. Su producción tomó cerca de tres meses y fue el resultado de extenuantes jornadas de ensamblaje manual, características de la manufactura de la época, en la que la destreza humana era crucial. Un hito que marcó el inicio de una revolución que transformaría radicalmente a todas las industrias.
Esta metamorfosis nos ha llevado a la era de la industria 4.0, donde la integración de máquinas inteligentes y flujos de trabajo en tiempo real, han redefinido por completo las operaciones manufactureras. Las plantas actuales gozan de un grado de conectividad antes inimaginable y aunque el componente humano sigue siendo fundamental para optimizar los procesos sobre la marcha, en poco más de un siglo, los sistemas productivos han evolucionado desde un modelo totalmente artesanal a otro regido por la hiperconectividad, la automatización avanzada y los macrodatos.
La transformación digital reinventó por completo toda la cadena de suministros, desde la manufactura, el almacenamiento, la distribución y los modelos de comercialización. Ha cambiado drásticamente cómo las empresas se relacionan con consumidores, quienes son cada vez más informados y exigentes, instaurando un nuevo estándar en la dinámica entre clientes y empresas.
Este proceso de tecnificación ha modificado las prácticas comerciales para satisfacer las expectativas de una sociedad que prioriza la eficiencia, la velocidad y la personalización, inaugurando así un nuevo capítulo en la historia de la producción y el comercio a nivel mundial.
Ante este escenario, el sector manufacturero se ve impulsado a una constante evolución para mantenerse relevante. Las empresas se enfocan en capacitar a sus equipos y en la adopción de tecnologías emergentes para entender mejor al consumidor y ofrecer un nivel superior de personalización. De igual manera, el manejo y análisis de grandes volúmenes de datos representan un desafío significativo, pero crucial para garantizar la eficiencia productiva y la capacidad de satisfacer la demanda de forma continua.
En ese sentido, es esencial para las compañías integrar su cadena de valor para minimizar los riesgos tanto operativos como para el comprador. Esto requiere una profunda transformación en la forma en que gestionan sus operaciones, aprovechan el talento humano y se adaptan a las fluctuaciones del mercado. La adopción de tecnologías avanzadas desempeña un papel crucial en este proceso, proporcionando a las empresas datos valiosos en tiempo real que mejoran significativamente su toma de decisiones.
Estas soluciones no solo permiten una gestión más eficiente, sino que también liberan a los empleados de tareas repetitivas, permitiéndoles concentrarse en actividades más estratégicas y contribuir de manera más significativa al bienestar y la calidad de los procesos de producción. En este entorno, el equilibrio entre la innovación tecnológica y el desarrollo humano se convierte en el pilar para construir un futuro empresarial sólido y sostenible.
Según el reciente Estudio sobre el Futuro de los Almacenes de Zebra, las empresas se encuentran enfocadas en obtener soluciones para gestionar los volúmenes de trabajo de los empleados, mientras alcanzan las metas de productividad. El 78 % de los tomadores de decisión también coinciden que resolver las cargas económicas provenientes de acuerdos de los incumplimientos de los niveles de servicio, se hace urgente.
Igualmente, a medida que incrementan las expectativas de los clientes y se hacen más estrictos los requisitos regulatorios, cumplir perfectamente con los pedidos se ha vuelto una tarea cada vez más desafiante.
Es por esto, que, en los próximos cinco años, la mayoría de los líderes tiene previsto implantar equipos RFID fijos, pasivos o portátiles, así como lectores fijos industriales que permitan realizar una mejor trazabilidad de los activos, trabajadores y mercancías. Igualmente, 64 % pretende instalar sistemas de visión inteligente en sus operaciones de fabricación para identificar fácilmente errores y cumplir con los estándares de calidad exigidos y propuestos. La transformación del sector es una realidad.
Sin embargo, mi experiencia en Zebra me ha enseñado que la digitalización trasciende la simple implementación de nuevas tecnologías. Se trata de tomar decisiones basadas en datos que impulsen la mejora continua dentro de la operación diaria y, en consecuencia, de cara al cliente.
Esta comprensión integral es la que al final distingue a aquellos que prosperan a largo plazo, marcando un viaje de transformación basado tanto en visión como en innovación. Inmersos en la revolución de la industria 4.0, estamos viendo que tecnologías como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas (internet of things, IoT) están transformando sectores completos, impulsando una eficiencia sin precedentes.
Este avance tecnológico nos invita a liderar una revolución que promete un futuro más próspero y sostenible. Al igual que el primer automóvil significó un nuevo amanecer, hoy tenemos la oportunidad de remodelar tanto procesos como vidas, abrazando el cambio para materializar un porvenir donde la innovación es sinónimo de progreso compartido.
Colaboración para Logistixnews por
Ana Laura Cacogui, gerente de Marketing para Manufactura de Zebra Technologies LATAM.