
Aranceles: retos y oportunidad de reinvención empresarial
En 2024 México registró un déficit de 6 800 mdd en acero y aluminio; con 14 TLC y el T-MEC como palanca, las empresas logísticas pueden mitigar costos y diversificar mercados.
El pasado 15 de abril de 2025, Donald Trump anunció una serie de aranceles recíprocos que, si bien dejaron fuera de su lista a México y Canadá, vuelven a poner sobre la mesa el costo de depender mayoritariamente del mercado estadounidense. Según Yamel Cado, socia líder de Impuestos Indirectos y Comercio Exterior en PwC México, estas medidas —que mantienen gravámenes del 25% al acero, aluminio, automóviles y autopartes bajo IIEPA, con algunas excepciones amparadas por el T-MEC— representan hoy un desafío crítico para la cadena de suministro nacional.
Para Yamel Cado, “las imposiciones arancelarias han sido percibidas por varias empresas con las que me he reunido en las últimas semanas como un obstáculo que encarece costos y limita la competitividad. Sin embargo, en cada reto hay oportunidades para la transformación, para innovar, diversificar y, en este caso, para fortalecer el mercado interno. Las empresas que sepan adaptarse y reinventar sus cadenas de valor podrían salir fortalecidas”.
Impacto sectorial y brecha comercial
Los sectores automotriz, metalúrgico, manufacturero y electrónico son los más expuestos a estos aranceles. En 2024, México registró un déficit de 6 800 millones de dólares en el comercio de acero y aluminio con Estados Unidos, según datos oficiales de la Secretaría de Economía. Esta cifra ilustra que, más allá de la política arancelaria, el intercambio bilateral mantiene un peso profundo, y que existe un amplio margen para estrategias de mitigación.
Hacia la diversificación y el mercado interno
Limitarse al mercado estadounidense resulta hoy un riesgo elevado. México ha firmado 14 Tratados de Libre Comercio con más de 52 países, entre ellos la Unión Europea, el T-MEC y el TIPAT (CPTPP). Aprovechar estos acuerdos y reorientar parte de la producción hacia otros destinos —o al propio mercado interno— resulta crucial.
Estrategias de adaptación
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Cumplimiento de origen: Realizar un análisis exhaustivo de las reglas de origen y contar con soporte documental robusto para demostrar cuáles insumos califican como originarios del T-MEC, minimizando así aranceles.
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Alianzas estratégicas: Establecer acuerdos de costo compartido con clientes y proveedores en Estados Unidos para amortiguar el golpe en conjunto.
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Diversificación de proveedores: Revisar cadenas de suministro y flexibilizar fuentes de insumos, incluyendo fabricantes locales en programas IMMEX o maquila.
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Promoción del producto nacional: Impulsar campañas que destaquen la calidad y competitividad de insumos y componentes mexicanos.
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Transformación digital e Industry 4.0: Invertir en automatización, inteligencia artificial y digitalización de procesos para optimizar costos, agilizar toma de decisiones y reducir la dependencia de insumos importados.
Nearshoring y fortalecimiento logístico
El nearshoring mantiene intacta su ventaja competitiva gracias a la cercanía con Estados Unidos y la presión global por reducir costos logísticos. No obstante, para capitalizarla, empresas y autoridades deben acelerar la modernización de infraestructura, desarrollar corredores multimodales y formar talento especializado en operaciones de comercio exterior.
En un entorno global volátil, la resiliencia y la proactividad serán la clave. Quienes anticipen cambios, diversifiquen mercados y adopten nuevos modelos de negocio no solo mitigarán el efecto de los aranceles: encontrarán en ellos un trampolín hacia un crecimiento más sólido y sostenible. México, con su red de acuerdos y su capacidad industrial, está en posición de demostrar que más que víctima de las tensiones comerciales, puede convertirse en líder de adaptación y competitividad.
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